Argentina vuelve a tener como en los noventa, un Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado que avanza paso a paso sobre las distintas “capas de burocracia” que envuelven al sector externo. Aquí, diez reformas que el Gobierno viene llevando adelante:
- Se implementó el SEDI (Sistema Estadístico de Importaciones): se trata de las licencias de importación, que hoy se aprueban de un día para el otro. Atrás quedó el SIRA de Sergio Massa, y los pedidos duplicados a través de Importa Pyme, que eran mandar un mensaje al espacio que nadie respondía.
- Eliminación del Requisito de Capacidad Económico-Financiera para importar (RG 5478): Este requisito era un verdadero obstáculo para nuevas empresas y un techo para las existentes. Impedía la libertad de ejercer el comercio y estaba sujeto a parámetros (si existían) de dudosa transparencia.
- Eliminación de barreras técnicas para algunos productos: como radiadores, barras y perfiles de aluminio, productos para la construcción, placas y baldosas cerámicas, colectores solares, bicicletas, tintas e instrumentos de medición, entre otros (Res SCI 108, 236, 274,276/24). También se derogó la DJCP (Res 49). Muchas de las medidas vigentes anteriormente, eran violatorias del Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC) de la OMC, generando restricciones innecesarias.
- Baja y posterior eliminación del Impuesto País en Importaciones y fletes: Se retrotrajo el Impuesto Paíssobre importaciones y fletes al 7.5% vigente al momento en que asumió Milei (Decreto 777) con la promesa de eliminarlo en diciembre. Se trata de una apuesta compleja para un impuesto que venía aportando más que los derechos de exportación al Tesoro.
- Eliminación de Valores Criterio (RG 5582): Estos valores constituían un valor mínimo de importación que la Aduana determinaba con arbitrariedad, y que claramente violaba el Acuerdo relativo a la aplicación de Artículo VII del GATT (OMC), desconociendo el verdadero valor en aduana de la mercadería. La opción era constituir un seguro de caución MOVA, que generaba costos al operador, hasta que era desafectado de manera ineficiente.
- Eliminación del viejo sistema de estampillado (RG 5581): que buscaba controlar en plaza la tenencia ilegal de mercadería de origen extranjero. Un sistema que en el mundo ya no se usa y que fue ahora reemplazado por un sistema digital (IMEI) en el caso de teléfonos celulares y receptores de radiomensaje.
- No percepción de IVA y Ganancias en productos que integren la canasta básica y determinados insumos para pymes (RG 5490 y 5501): siempre fue polémico cobrar en la importación un doble IVA cuando todavía no hubo venta, y un anticipo a las ganancias teniendo en cuenta que el importador aún no ganó nada. Esta norma equilibra un poco esta contradicción.
- Eliminación de la DJVE para algunos productos (garbanzos, arvejas, arroz, maní, etc): buscando desburocratizar el sector, mejorar la competencia y favorecer exportaciones (Res. 50).
- Simplificación del entramado normativo del BCRA: (con la aclaración de que hablamos de una entidad autárquica): por momentos hacer un pago al exterior se trasformó en una verdadera galleta difícil de comprender y desentramar hasta para los propios bancos. Hoy existe mayor claridad normativa.
- Eliminación de los avisos a las Cámaras Sectoriales (Resolución 5586): que obligaba a que en determinadas importaciones, representantes o veedores de las industrias afines tomaran conocimiento de las operaciones previo libramiento.
Lo que puede verse es que el Gobierno está desandando viejos senderos y la tendencia seguirá. Quedan puntos a revisar como: la aplicación de Impuestos Internos a bienes que no son de lujo (celulares, decodificadores, o monitores, por ej); la necesidad de reestablecer el pago anticipado en importación, la revisión de normativas de dumping vigentes (si realmente hay dumping, daño y relación causal entre ambos), la eliminación del bloqueo al MULC por operar algunos instrumentos bursátiles, por ejemplo.
Impacto Macroeconómico
Si pensamos en la gente, este tipo de medidas debería favorecer a tener mejores precios al consumidor. Si pensamos en el Estado, suma para su plan de converger la brecha hacia el dólar oficial (y no al revés), intentando hacer olvidar cualquier expectativa de depreciación mayor al crowding peg. Si pensamos en las empresas, eliminar costos mejora el tipo de cambio real para los exportadores (competitividad no es sinónimo de “devaluar”); y por otra parte se baja los costos de insumos y bienes de capital importados. Volviendo a pensar en el país, cuando la Argentina comience a recuperarse va a necesitar importar más y a menores costos. Desde 2005 a la fecha, por cada punto que crece el PBI, las importaciones crecen 3.77 puntos. En este contexto, repensar la balanza comercial será clave para un futuro con mayor estabilidad y comercio.
Por Diego Dumont
Fuente: La Nación